A partir de la década de 1970, Ricardo Gil Lavedra (nacido en Buenos Aires, en 1949) fue testigo cercano -y en ocasiones también protagonista- del devenir del Poder Judicial. Ayer, invitado por la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), el constitucionalista disertó en el Centro Cultural Virla, y expresó su preocupación por las “interferencias” del poder político en los tribunales.
“Eso le resta credibilidad a la Justicia. Los jueces tienen que resolver los asuntos tratando de aplicar honestamente la ley, cuidándose de no ‘responder’ las meras expresiones de deseo de la sociedad o la opinión pública ni, por supuesto, a las demandas del gobierno”, afirmó el coordinador del programa “Justicia 2020”, que impulsa la Nación.
Gil Lavedra participó de la mesa panel “Universidad y Derechos Humanos”, llevada a cabo en el marco de los eventos por el centenario de la Reforma Universitaria. Participaron, además, las autoridades de la UNT, la rectora Alicia Bardón y el vicerrector José García; el titular de la Secretaría de Políticas y Comunicación de la UNT, José Hugo Saab; y el decano de la UTN Regional, Walter Fabián Soria.
A tres semanas del 42° aniversario del golpe militar, Gil Lavedra presenció el documental en homenaje a Ángel Gerardo Pisarello -estuvo Aurora “Tata” Pisarello, hija del referente radical desaparecido en la última dictadura- y a Sergio Abril, preso por seis años durante el gobierno de facto. “Sin lugar a dudas, la conmemoración del Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia es precisamente para recordar los horrores de esa dictadura y rescatar los valores de la democracia, y ver de qué manera podemos construir un país más justo y solidario, donde imperen (esos valores)”, afirmó a LA GACETA.
En 1985, el jurista integró el tribunal que, por impulso del entonces presidente, Ricardo Alfonsín (UCR), llevó adelante el Juicio a las Juntas. “(En ese debate), en el cual se fueron descubriendo los horrores de aquel pasado, hubo testionios sin dudas terribles, conmovedores. Creo que uno no sale inmune de eso; han pasado muchos años, pero siento una huella en mi alma de aquello, y muchas veces lo recuerdo. A uno le queda grabado en la memoria. En muchas oportunidades me vuelven a la cabeza imágenes de esos testimonios”, confió Gil Lavedra.
El ex diputado también fue consultado sobre dos decisiones controvertidas del Poder Judicial de la Nación: el fallo de la Corte que apuntaba a beneficiar con el “2x1” a condenados por delitos de lesa humanidad; y el otorgamiento de la prisión domiciliaria, por razones de de salud, a los penados en esas causas que son mayores a 70 años. “Son dos casos distintos”, advirtió. “Los beneficios domiciliarios son otra cosa. La propia Corte los ha admitido en aquellos casos que así lo merecen. En el caso del “2x1”, creo que fue una decisión equivocada de la Corte, porque impedía sustancialmente que las sanciones tuvieran la duración adecuada. Eso suponía prácticamente un indulto. Pero la reacción que produjo en la gente demuestra que hay un consenso muy sólido, uno de los pocos que existen, acerca de que estos hechos deben ser juzgados y castigados cuando correspondiere, y que no es posible recurrir a atajos para eludir esos castigos”, dijo.
La prensa le preguntó luego cuál era su análisis respecto de la situación del Poder Judicial en la historia reciente del país. Explicó que, a su entender, fue “muy importante” para el retorno de la democracia. “Creo que el deterioro (de la Justicia) arranca en la década del 90, y se ha exteriorizado ahora porque hay un reclamo de la ciudadanía muy fuerte de que la ley se aplique, que se termine la impunidad. Sobre todo en esos casos de corrupción escandalosos. La democracia se basa en un principio básico: la igualdad ante la ley; y la posibilidad de que los políticos no tengan esa posición que exige el ejercicio honesto (de su rol), sino que lo que buscan es beneficiarise, enriquecerse, y no pasa nada, eso a la gente le indigna”, manifestó Gil Lavedra.